Hoy 21 de diciembre de 2021, cuando Madrid y Ourense quedan unidas por un AVE en sólo dos horas y 15 minutos, queremos felicitar a todos los que nos seguís en redes sociales desde Madrid porque vais a tener mucho más fácil el descubrir una ciudad fascinante: Ourense, la más desconocida de las capitales gallegas.
El agua, protagonista
Ourense es la más madrileña de las provincias gallegas, aquí no hay playa, como en Madrid… pero también, como en Madrid, hay en Ourense muchísimo que ver y disfrutar.
Si llegas por la mañana, un desayuno con calma excelente puedes hacerlo en La Zapatería del abuelo, en la calla de La paz (en el centro de Ourense, todo está cerca).
Luego, las termas; paradojas del destino, la única provincia gallega sin costa tiene al agua como primordial protagonista. Desde su fundación romana como Auriense, con manantiales a casi 70º como As Burgas, las aguas termales brotan por la ciudad y a las orillas del Miño.
Este es tu primer “must”, un baño en la piscina termal de As Burgas (gratuito, público y a sólo 300 metros del Ayuntamiento y de la tienda de Tevas&Co😉).
Si el baño prefieres dártelo a orillas del Miño, te recomendamos las Pozas da Chavasqueira, las más próximas al centro urbano en la llamada “Calda del Obispo” (y conste que los obispos saben mucho😉).
Los romanos construyeron un puente colosal sobre el Miño del que sólo han sobrevivido unas piedras, pero el medieval Ponte Vella (Puente Viejo) es también otra de las visiones icónicas de Ourense que debes disfrutar si optas por acercarte al río Miño.
La Catedral de Ourense, la gran desconocida
La catedral de Ourense, como la ciudad, es una maravillosa desconocida para el gran público.
Una catedral-fortaleza construida en el s. XII, mantiene parte de su aspecto de fortaleza, con torres y paseo de ronda.
Empezamos por su entrada de colores, el Pórtico del Paraíso:
El Pórtico del Paraíso es una obra mayúscula. Se compone de tres arcos de medio punto. Curiosamente, son todos diferentes, aunque los laterales tienen una altura muy similar.
Es una catequesis gráfica construida con clara intención pedagógica, que se realizó en el siglo XIII siguiendo los cánones del Pórtico de la Gloria e incorporando influencias y artesanos de Burgos, Francia y otras zonas del camino.
Ya dentro, encontramos dos tallas muy relevantes:
El Cristo de los Desamparados, datada a finales del siglo XII: esta talla románica fue la más importante de la catedral hasta la llegada de la hiper-realista talla barroca del Santo Cristo a finales del siglo XIV.
La capilla del Santo Cristo es el elemento más exuberante de la catedral de Ourense. Se hace en honor de la imagen incorporada en el siglo XIV. La sorpresa es mayúscula al encontrar esta gran capilla barroca.
La capilla está dedicada a la Pasión del Señor, la gran abundancia de pan de oro le confieren un aspecto de pequeño joyero, y la imagen de la Dolorosa, en la parte trasera del baldaquino, tras la imagen del Santo Cristo es una muestra maravillosa de la mejor imaginería española.
El Casco Vello, imprescindible
Al salir de la catedral piérdete por el Casco Vello, disfruta de la Plaza Mayor (una de las pocas inclinadas de las grandes plazas de Europa, y donde podrás encontrar una de las más bonitas tiendas de Tevas&Co) y no dejes de apreciar la elegancia de sus gentes.
Tómate un a café en el Liceo (a 50 metros de la Plaza), sociedad recreativa y cultural fundada en el siglo XVI.
Dónde comer en Ourense
Pero no solo de arte vive el hombre y comer en Ourense, es un placer garantizado, si logras olvidarte de todo lo que te pierdes al tener que escoger sólo un sitio.
Limitándonos sólo al centro de la ciudad, estas son algunas de las mejores opciones.
- Restaurante «A Taberna«, lugar muy agradable y que nunca falla.
- Restaurante «Umami«, perfectos los pescados gallegos a la brasa y cualquiera de sus primeros.
- Restaurante «Pingallo«, marisco como si estuvieses en las rías (o incluso mejor).
- Restaurante «Ceibe» recién recibido premio michelin a calidad-precio, para amantes de cocina moderna
- Y, por supuesto, el Nova, el menú estrella michelín de mejor precio de España.
La famosa zona de vinos
Pero si te quieres integrar en el verdadero ambiente Ourensano, con todo en un radio de 50 metros… ¡A la zona de los vinos!
- Orella, rabo y cachucha de cerdo con cunca de viño, en el bar Orellas.
- Pincho de callos, bollito de jamón asado o arenques, en el bar Fuentefria.
- Queso de la Amalia, en el Queixo
- Anguilas fritas, en el Catador.
- Y si no … al Paris, a la Tarazana, a la Casa del Pulpo, al Frade, al Alpendre…
La Plaza de Abastos, productos autóctonos de calidad
Por último, sería un desperdicio pasar por Ourense sin visitar su Plaza de Abastos (en la actualidad sometida a una reforma que se nos está haciendo eterna, pero no importa, lo importante son sus productos).
En la plaza, carnes, verduras y frutas son de una calidad excepcional. Sabores autóctonos y artesanos que elevan al nivel de delicia alimentos como tomates de corazón de buey, pimientos del Arnoya, los de Seixalbo y las inimitables patatas de Xinzo.
Que no falte «el queso de la Amalia»
Pero hay una recomendación que destacamos sobre todas las demás, la quesería de Amalia Mosteiro. En ella, Maria del Carmen, nieta de la fundadora, vende los quesos de leche cruda de vaca elaborados en la zona de Arzúa-Ulloa, en las Terras de Melide y que se han convertido en una de las señas de la identidad gastronómica de la ciudad donde maduran, Ourense. Hasta tal punto ha llegado su fama que empiezan a encontrarse en muchos sitios como “el queso al estilo de Ourense” o “al estilo de Amalia”.
María del Carmen conoce todos los secretos de sus quesos a los que “cuida” personalmente como hacía su abuela. Desde los que se “desparraman”, una vez abiertos, hasta los que poseen una textura consistente e incluso los que llegan a un alto grado de curación. Explíquele como le gusta el queso, déjese asesorar y llévese el recuerdo más delicioso de Ourense.
Un último consejo, aunque el tren de vuelta a Madrid dura las mismas dos horas y cuarto, no pruebe el queso de Amalia hasta llegar a destino. Si se lo acaba antes de llegar a Chamartín puede pensar que todo el día ha sido un sueño 😉.
